Encontré un artículo muy interesante por internet que deseo compartir, es acerca de cómo es que influyen los pensamientos en nuestro cuerpo.
Muy a menudo nos ha sucedido fastidios y malestares en nuestro organismo, que muy pocas veces (en mi caso nunca) solemos relacionar con nuestro estado de ánimo. Un ejemplo… después de terminar de almorzar nuestra deliciosa merienda del comedor (jajá solo es un ejemplo XD) nos duela, arda (o que se yo) el estómago…y por supuesto le echamos toda la culpa a nuestro nutritivo almuerzo y maldecimos (en quechua, aimara, aguaruna…) al “chef” del comedor. Pero, oh sorpresa el enemigo no es el “chef” y sus deliciosos potajes, sino más bien el villano es alguien (mejor dicho algo) muy pero muuuy cercano a nosotros y que puede manipularnos a su antojo …se trata de nuestros pensamientos.
Un grupo de investigadores ha concluido que cada vez que se tiene un pensamiento el cerebro produce sustancias que abren lo que se podría llamar una compuerta. Ésta cierra terminando dicho pensamiento.
Cada vez que se tiene un pensamiento angustiante, por ejemplo, intenso o leve, se abre la compuerta y nuestro organismo es inundado, en mayor o menor medida, por tales sustancias químicas cuya irrigación y asimilación nos afecta.
Esas sustancias segregadas son los neuropéptidos (son pequeñas moléculas parecidas a proteínas, su función cerebral es tanto estimulante como inhibidora).
La influencia de nuestros pensamientos en nuestro organismo es tan fuerte que incluso puede debilitar nuestro sistema inmunológico!
Pero no todo está perdido, dichos científicos han concluido también que para fortalecer el sistema inmunológico hay un nutriente mucho más eficaz que las vitaminas, los minerales, las enzimas, los jugos naturales y las hierbas medicinales... el amor.
Así que ya están advertidos mis queridos amigos de pensamientos negativos… más vale pensar bonito para estar sanitos…Ah! Y no olviden también la mejor medicina…LOVEEEE!